El día después de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, la Iglesia celebra la compasión de aquella que se mantuvo fiel junto a la cruz. En esta fiesta se nos recuerda a María al pié de la Cruz, donde: "Una espada de dolor le atravesó el Corazón" (San Lucas 2, 35)
Señor, tú has querido que la madre compartiera los dolores de tu Hijo al pie de la cruz. El comienzo de la oración alaba al Padre y le da gracias, porque en la hora de la redención quiso que estuviera presente la madre de su Hijo y que participara de su obra. La referencia tan clara al evangelio de Juan (19, 25; 3,14-15; 8,28; 12,32) da a las breves frases iniciales aquella luz de resurrección que el evangelista quiso derramar en el relato de la pasión y muerte de Cristo: La cruz, además de ser instrumento de dolor, es sobre todo un trono de gloria.
Los Evangelios de este día muestran a la Virgen Santísima presente, con inmenso amor y dolor de Madre, junto a la cruz en el momento de la muerte redentora de su Hijo, uniéndose a sus padecimientos y mereciendo por ello el título de Corredentora.
Acompañemos a nuestra amadísima Madre rezando los siete dolores, meditando sus lágrimas y dolores.
En el siguiente link puede ver le devoción de los 7 dolores: